Algunos
de los servicios más interesantes, en este tema, son los siguientes:
→ Bananity.
En el año 2011, se lanzó, desde la ciudad de Barcelona, Bananity,
una red social que se basaba en las fobias y filias de sus usuarios.
Una vez estos hayan realizado la inscripción, debían detallas las
cosas que más le gustan y las que odian, en todo el mundo, tanto los
objetos genéricos, como sus hábitos, costumbres... El cerebro
recomendador del sistema busca a otros usuarios, con los que tengan
coincidencias y los va a presentar. Es de esta manera como se suelen
establecer contactos y acceder a sus perfiles de preferencias y a los
que rechazan. Tanto en uno, como en otros casos, se pueden encontrar
elementos, que son realmente interesantes, que a su vez, se van a
recomendar a otros contactos. El resultado va a ser un flujo continuo
de nuevos libros, discos, marcas de ropa, dispositivos tecnológico...
en el muro del propio usuario, que van a recomendar a sus amigos en
dicha red.
→ Wineissocial.
La base de Wineissocial es el mismo, que en el caso de Bananity, pero
su fin es mucho más comercial y se centra en el mundo del vino. Se
busca lograr que se cree en la red social -la combinación de datos
sobre afinidades que se van a generar en la red social-, que cada uno
de los usuarios acceda a vinos, que van a ser más adecuados a su
perfil de cata, siempre cosas nuevas y con la mejor relación
calidad- precio, que se puede encontrar.
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